Trump utiliza conflicto del agua con México como bandera electoral rumbo a 2024.

Donald Trump ha convertido el tema del agua en su más reciente bandera política, en medio de su campaña presidencial. Esta semana, a través de su plataforma Truth Social, acusó a México de violar el Tratado de Aguas de 1944 y de dañar los intereses de los agricultores texanos.
El mensaje fue claro: “¡Eso se acaba ya!”. Trump denunció que México debe a Texas más de 1.3 millones de acres-pies de agua, y prometió aplicar medidas drásticas si no se restituye lo que considera una deuda hídrica.
La estrategia de Trump busca reforzar su imagen como defensor de los trabajadores estadounidenses, particularmente del sector rural. Al señalar directamente al gobierno mexicano, revive la retórica nacionalista y proteccionista que lo llevó a la presidencia en 2016.
“Mi secretaria de Agricultura, Brooke Rollins, está defendiendo a nuestros agricultores y no dudaremos en imponer sanciones”, remarcó Trump.
Analistas políticos consideran que esta postura tiene un fuerte componente electoral. Apelar al voto del sur de Estados Unidos —y especialmente del campo texano— puede resultar crucial en una contienda reñida, en la que el exmandatario busca recuperar terreno.
Hasta el momento, las autoridades mexicanas no han respondido oficialmente, pero expertos advierten que este tipo de declaraciones podrían escalar tensiones diplomáticas innecesarias si se usan con fines electorales.