
El defensor uruguayo anota en su propia meta, Mazatlán se acerca en la porcentual, mientras que los refuerzos Julio González y Ricardo Marín se quedan en la grada.
¡Qué alguien le avise a Emanuel Gularte que era para el otro lado! El gol en propia meta no solo selló la derrota del Club Puebla 1-0 contra Mazatlán, sino que además acortó distancias en la porcentual con su hermano, poniendo en riesgo una multa de 80 millones de pesos al final del Clausura 2025.
No se trata de asustar ni de encender alarmas sin razón, pero el Puebla FC juega como si tuviera tiempo de sobra. Aún tiene ventaja sobre Mazatlán, pero en un abrir y cerrar de ojos esa ventaja podría desvanecerse.
Y si no me creen, pregúntenle a Brayan Garnica, quien en los últimos minutos, solo frente al arco, desperdició una oportunidad de oro, enviando el balón a las gradas.
Es increíble que, en la última jugada del primer tiempo, después de haber sido el equipo más peligroso, Mazatlán lograra marcar el gol del triunfo. Bueno, más bien el autogol del triunfo, luego de un centro al área que Emanuel Gularte remató de cabeza, sin saber si acabará como capitán del Club Puebla…
No es para echar más leña al fuego, pero Gularte terminó siendo sustituido en el segundo tiempo, y su conversación con Pablo Guede en la línea de banda no pasó desapercibida. Ambos parecían estar hablando, y Gularte, evidentemente, estaba más preocupado.
¿Y los refuerzos, Puebla?
Pues en la grada, cuando se necesitaban en la cancha. Sí, Julio González y Ricardo Marín estuvieron observando el partido desde uno de los palcos del Estadio Cuauhtémoc, apenas horas después de ser anunciados por La Franja. Seguro, al ver el desempeño de su nuevo equipo, pensaron: “¡En la madre… en qué nos metimos!”
Hoy, el Puebla FC necesita mucho más que un portero confiable y un delantero con ganas de demostrar lo que puede hacer.